Efectos de la adicción a los videojuegos. Una patología actual

Fecha: 27-01-2019 - Categoría: Salud

La Organización Mundial de la Salud incluye la adición a los videojuegos en la lista de patologías mentales.

Hasta hace no demasiado tiempo la ludopatía era la única enfermedad mental reconocida. Se trata de la necesidad incontrolable de hacer apuestas de forma persistente y creciente y jugar de manera compulsiva tanto presencialmente (tragaperras o sitio de juegos) como a través de Internet. Pero ahora la Organización Mundial de la Salud ha incluido específicamente la adicción a los videojuegos, tanto los que son para el ordenador como los de las videoconsolas, como patología.

Según datos recientes, un 74% de los menores de edad manifiestan que son 'gamers' o jugadores habituales y, por ello, tienen más posibilidades de sufrir una patología de este tipo ya que las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías potencian esta realidad con la aparición de los deportes electrónicos y los juegos multi jugador. No olvidemos que este sector genera millones de dólares y es un punto de referencia en cuanto al entretenimiento más importante para los más jóvenes, junto a los vídeos de YouTube. Sin olvidar que, según algunos expertos, existen determinadas clases de juegos que contribuyen a crear y / o potenciar esta adicción ya que están considerados como análogos a los juegos de azar.

En Internet se pueden encontrar juegos digitales que promueven el juego patológico. Especialmente el tipo de juego que premia al participante con las llamadas cajas de botín cuando el jugador llega a una meta concreta. Es decir, se les ofrece un 'pack' conformado por recompensas de tipo aleatorio que facilitan avanzar en el desarrollo del juego.

Si el jugador no consigue de la caja de botín lo que quiere, continuará jugando para tratar de lograrlo. Una fórmula similar al funcionamiento de las máquinas tragaperras. Durante este periodo de juego el cerebro genera dopamina y nuestro pensamiento genera la percepción de que la próxima jugada será la buena y obtendrá el premio.

Este tipo de adicción también fomenta la dificultad de comunicación con los demás y el aislamiento social, es decir una forma de centrarse exclusivamente en la consecución del objetivo a través del juego.


El comportamiento compulsivo es uno de los síntomas más claros que se produce en relación a la adicción a los videojuegos. Es una conducta que aparece no sólo cuando se está jugando, también puede aparecer cuando no se está haciendo. Si el joven tiene grandes dificultades para concentrarse en un aspecto concreto y necesita el contacto continuo con el vídeo juego es un indicio de que no está utilizando el videojuego de forma responsable y este tipo de comportamiento puede originar también otras adicciones como el alcohol o las sustancias estupefacientes.

Con la irritabilidad también se pueden producir crisis de ansiedad y episodios agresivos. Cuando el jugador no puede alcanzar su necesidad de jugar es probable que su comportamiento lo vuelva agresivo de forma creciente y esto puede ser un síntoma de que se está gestando un comportamiento adictivo.

La persona adicta va priorizando cada vez más el juego por encima de otras opciones como la vida social, estudios o tareas laborales. En todo caso, los menores de edad son los grupos con más tendencia a jugar, ya sea en el ordenador o en la vídeo consola y, precisamente por este hecho, tienen muchas posibilidades de desarrollar una adicción. El papel de la escuela es fundamental si detecta un caso como este fin de comunicarlo a los padres.

Los efectos perjudiciales de esta adicción pueden ser muy graves como afectaciones a nivel neuronal importantes o pérdida de capacidades cognitivas. Además, estas repercusiones también pueden tener un impacto a nivel social. La persona es incapaz de establecer comunicaciones con los demás, sufre fracaso escolar o ve como se deterioran progresivamente los vínculos sociales.

Aunque hay que destacar que la adicción a los videojuegos también se puede tratar y el primer paso es que la persona afectada reconozca su problema y entienda los efectos perjudiciales de los videojuegos en su vida.

El proceso de tratamiento es complejo e incluso puede requerir la intervención de un psiquiatra si la persona manifiesta actitudes agresivas. La recuperación puede ser más o menos larga en función del nivel de compromiso de las personas que rodean a la persona adicta y el nivel de afectación de la adicción.

El familiares, amigos, profesores y profesionales como psicólogos y psiquiatras tienen un papel muy importante en este proceso.

Ya hemos dicho que la OMS ha incluido la adicción a los videojuegos como una patología, aunque no hay que alarmarse de manera innecesaria. Por otro lado, haciendo un buen uso de los vídeo juegos también se pueden valorar los efectos positivos como el hecho de que los vídeo juegos pueden ayudar a reforzar la capacidad de concentración y la toma de decisiones de los usuarios, así como podrían ser un instrumento útil para la mejora del sistema educativo.

En definitiva, si se hace un uso responsable y racional de este tipo de juegos se puede llegar a obtener beneficios para la persona y pueden ayudarla a entretenerse y pasar un buen rato divertido, pero no debemos olvidar que los problemas aparecen cuando el uso se convierte en abuso.