La ciberdelincuencia está a la orden del día y los delitos y estafas que se cometen en la red son cada vez más frecuentes y complejos y esto facilita el acceso de los piratas cibernéticos a cualquier equipo informático ya sea doméstico o profesional.

La gran mayoría de los ciberdelicuentes aprovechan contraseñas débiles para entrar en los ordenadores ajenos mientras que el resto utilizan otros sistemas más sofisticados para entrar en los sistemas informáticos.

La principal motivación de los ciberdelitos es el beneficio económico, especialmente el acceso a las cuentas bancarias ajenas y, a nivel profesional, la prioridad es el espionaje industrial  e incluso el espionaje político.

Por todo ello, a nivel de usuario, no está de más que protejamos al máximo nuestra propia intimidad y para ello existen algunas señales que pueden ayudarnos en este sentido. Por ejemplo, observar comportamientos inusuales de nuestro dispositivo, en especial el correo electrónico, redes sociales aplicaciones y plataformas de compra online.

¿Cómo proteger nuestros datos y nuestra identidad digital?

Vamos a relatar algunos consejos básicos para prevenir, en la medida de lo posible, estas situaciones de riesgo:
 

1. Utilizar contraseñas fuertes que sean largas y que combinen diferentes tipos de caracteres, es decir números y letras, mayúsculas y minúsculas.
2. No compartir las claves de acceso con nadie para asegurarnos de ser los únicos usuarios de nuestras contraseñas.
3. No escribir las contraseñas en una nota, en un pósit o en algún lugar que sea de fácil acceso para cualquiera.
4. Utilizar claves diferentes para cada acceso. De esta forma nos aseguramos de que cada servicio tiene una contraseña distinta y totalmente independiente en caso de algún riesgo imprevisto
5. Actualizar nuestras contraseñas periódicamente para que en caso de caer en manos no deseadas el ciberdelincuente sólo pueda utilizarlas temporalmente.
6. Utilizar aplicaciones para gestionar contraseñas. Este tipo de plataformas crean de forma automática todas la que necesitemos y las almacenan automáticamente.
7. Utilizar la verificación en dos pasos. Una medida de precaución que dificulta que alguien no autorizado acceda a nuestro datos personales o redes sociales y pueda, por ejemplo, cambiar nuestras contraseñas de acceso y suplantar nuestra identidad.
8. Revisar nuestras cuentas bancarias con frecuencia para detectar movimientos inusuales o sospechosos  y asegurarnos de no ser víctimas de algún fraude.
9. Controlar los correos electrónicos que recibimos y eliminar aquellos que sean sospechosos. De esta forma evitaremos el phising y otras amenazas como la instalación de troyanos (programas maliciosos que permiten un ataque remoto en nuestro sistema).
10. No facilitar nunca información personal por teléfono ni a través de Internet. Esta medida nos protegerá contra posibles suplantaciones de identidad o ataques de ingeniería social.