Chanclas en verano. Es conveniente limitar su uso

Fecha: 27-08-2018 - Categoría: Salud


En los días de vacaciones y, especialmente en verano, acostumbramos a utilizar las famosas chanclas para casi cualquier desplazamiento o actividad pero  tenemos que ser conscientes de que las chanclas están pensadas para utilizarlas en la playa, piscinas, vestuarios, duchas y poco más.

Por lo tanto, se trata de no realizar un uso excesivo de las mismas para evitar inconvenientes y problemas para la salud de nuestros pies.

Durante prácticamente todo el año llevamos los pies protegidos y encerrados en los zapatos en los habituales calcetines y cuando llega el buen tiempo los liberamos de cualquier atadura y los dejamos libres calzándonos las chanclas y caminado con ellas por cualquier superficie el mayor tiempo posible.

Tenemos la percepción de que con las chanclas todo son ventajas para la salud y comodidad de nuestros pies y nos despreocupamos prque parece que nuestros pies están transpirando libremente y sin problemas.

Las chanclas no están diseñadas para caminar

Un uso diario y continuo de este tipo de calzado puede crearnos problemas importantes en nuestros pies y provocar patologías del pie a medio y largo plazo. Como antes apuntábamos, este tipo de calzado tiene una utilidad muy concreta y debe evitarse su uso inadecuado

Veamos algunos de los inconvenientes del uso inadecuado de las chanclas:
Las chanclas no sujetan el pie de forma adecuada y producen inestabilidad y como consecuencia pueden facilitar el sufrir caídas, torceduras o esquinces

Las suelas de las chanclas son planas y producen una tensión importante a nivel del sóleo y los gemelos lo que es un riesgo para sufrir tendinitis en el Aquiles e incluso fascitis plantar con una sintomatología dolorosa y sensación de cansancio.

Debido precisamente a su suela plana ofrecen un mínimo soporte plantar lo que no las hacen recomendables ya que no ofrecen una mayor altura del talón respecto de la planta del pie.

La sensación de la que la chancla se puede escapar de nuestro pie y la falta de sujeción en el talón puede provocar una posición de garra involuntaria de los dedos.

SI caminamos un tiempo excesivo con chanclas nuestro paso tendrá tendencia a acortarse y de esa forma tendremos más posibilidades de arrastrar el pie y realizar un mayor trabajo con el tobillo.

Nuestro patrón de marcha se va a ir alterando con las correspondientes consecuencias biomecánicas para quienes tiene tendencia a doblar los pies hacia dentro o fuera cuando mientras caminan.

El continuo roce al caminar que producen las tiras que sujetan las chanclas pueden producirnos roces y heridas entre los dedos.

Al llevar el pie desprotegido está totalmente expuesto a agentes externos de tofo tipo: golpes, piedras, insectos intemperie, etc. En especial hay que ir con mucho cuidado con las personas diabéticas ya que debido a la circulación inadecuada en el pie se pueden producir heridas con graves complicaciones.

Y, está claro que las chanclas están absolutamente contraindicadas para la práctica deportiva por el evidente riesgo que representar y, por supuesto, es muy peligroso utilizarlas durante la conducción.

El calzado ideal para el verano

Estamos hablando de un tipo de sandalias con una buena sujeción en el talón mediante cinchas regulables y una suela consistente que proporcione estabilidad y una buena amortiguación

También sería interesante que la suela tuviera un tacón de entre 1 y 2,5 centímetros para evitar la tensión en la musculatura posterior de las piernas y el propio pie.
En cuanto a los materiales es conveniente que sean flexibles y transpirables además de cómodos y si son materiales naturales mucho mejor.