Eficiencia en el uso del agua en el hogar

Fecha: 13-03-2013 - Categoría: Medio Ambiente

Dentro de nuestra actividad diaria llevamos a cabo muchas prácticas que requieren el uso y el consumo de agua. Para todos nosotros, tener agua es un hecho incuestionable. Si abrimos el grifo, siempre saldrá agua. Es como tener teléfono, luz, gas, ropa o alimentos. Hay que tener en cuenta, pero, que 1 de cada 6 personas al mundo no tiene acceso al agua potable y casi 2 millones de niños mueren cada año al mundo por falta de agua. Nos tenemos que considerar, pues, personas afortunadas que podemos disfrutar del agua no sólo para vivir y alimentarnos, sino, además, también para desarrollar actividades de ocio.

A continuación veréis una lista de las actividades más cotidianas y la relación de litros de agua que se pueden llegar a consumir. Os proponemos también unas buenas prácticas para ahorrar agua en estas acciones.

  • Cerrar los grifos mientras no usamos el agua. Un grifo abierto mana a 10 l/min.
  • Hay que reparar los grifos que pierdan agua. Un grifo que gotea gasta hasta 30 l/día.
  • Incorporar a los grifos dispositivos reductores del caudal. Son baratos y sencillos de colocar, puesto que se enroscan en los mismos grifos y reducen el consumo hasta un 50%.
  • Si tenemos que cambiar los grifos, pongamos de monomando. Su consumo de agua es de 6 a 8 l/min.
  • Si nos duchamos en lugar de bañarnos, ahorraremos mucha agua. Mientras que una bañera llena gasta unos 300 l, si nos duchamos gastamos unos 50.
  • También hay dispositivos reductores del caudal para los grifos de las duchas; así, podemos ahorrar hasta el 50% de agua.
  • Podemos guardar en un recipiente el agua que sale fría mientras esperamos la caliente. Podemos regar las plantas con esta agua.
  • Si tenemos que cambiar el grifo de la ducha, las de monomando son muy indicadas porque ahorraremos el agua derivada de la busca de la temperatura ideal.
  • Si tenemos que sustituir electrodomésticos, los de bajo consumo incorporan programas de ahorro. Estos electrodomésticos también son grandes ahorradores de energía.
  • Una lavadora antigua gasta unos 200 l de agua, mientras que una de bajo consumo sólo gasta 50. Hay que usarla con la carga completa y seleccionar el programa adecuado en función del tipo de ropa y de suciedad.
  • Con el lavaplatos pueden aplicarse unos criterios similares. Y, si no tenemos, podemos llenar un poco la pica con agua y jabón y fregar los platos todos de golpe. Después los podemos enjuagar sin abrir el grifo al máximo.
  • A la hora de limpiar la casa, pensamos en todo aquello que podemos hacer sin agua. Aplicamos la limpieza en seco.
  • Si no disponemos de depósitos de doble descarga, podemos poner una o dos botellas de plástico llenas de arena dentro del depósito. El ahorro es de unos 3 l de agua en cada descarga.
  • No usamos el wáter como papelera, dado que con cada descarga se abocan entre 6 y 10 l de agua (y hasta 15 l, en ciertos modelos).
  • Una buena parte del agua que utilizamos a la cocina la usamos para limpiar y lavar alimentos, hervir o cocinar al vapor. Esta misma agua podremos usarla para regar las plantas, por ejemplo, si la recogemos en un recipiente. No la tiramos al desagüe.
  • No utilizamos la manguera para lavar el coche, puesto que puede consumir hasta 350 l de agua. El más recomendable es traerlo a un túnel de lavado, puesto que disponen de instalaciones que reciclan el agua.Si no, procuramos lavarlo con una esponja y un cubo.
  • Si tenemos un jardín es recomendable instalar sistemas de riego adecuados.Instalar un sistema gota a gota en la raíz de las plantas permite un riego localizado y, además, es un sistema excelente para su crecimiento. En el jardín podéis instalar un programador de riego que se fija al grifo y permite elegir el momento del día y la frecuencia.
  • Menos agua caliente, más ahorro energético. Cuando abrimos los grifos de casa, no sólo hablamos de consumo de agua, sino también de consumo energético. Hay que tener en cuenta que usar agua caliente incrementa también el consumo de energía que hacemos en casa. Por lo tanto, recordamos usar agua caliente sólo en los casos necesarios. Además, podemos recoger en un recipiente el agua fría que sale mientras esperamos la caliente y utilizarla para regar o rozar el tierra.
  • Mejorar la calidad del agua es sencillo.
  • Hay muchos productos que vertemos en el fregadero que son de difícil eliminación o nocivos: la pintura, el aceite, los productos de limpieza, los disolventes, etc. Un solo litro de aceite puede contaminar 10.000 l de agua. Hace falta, pues, que los separamos y los llevemos a los Puntos Verdes.
  • El vinagre o el bicarbonato son buenos desatascadores.
  • Existen pinturas, barnices y disolventes ecológicos, que no son tan nocivos, pero que hay que traer también a la desechería.
  • Podemos usar detergentes sin fosfatos, y blanqueadores en base de percarbonatos, en lugar de lejía.
Fuente: ACA