Las vacunas: prevención primaria.

Fecha: 02-06-2015 - Categoría: Salud

Después de la potabilización del agua, la medida sanitaria que más ha contribuido a aumentar la esperanza de vida de la población humana.

Gracias al empleo sistemático de vacunas se puede evitar que cada año mueran 6 millones de personas, sobre todo niños, y se previenen 750.000 casos de secuelas invalidantes graves. Un mayor empleo de las vacunas evitaría unos 4 millones de muertes adicionales, que se producen por enfermedades como la enfermedad neumocócica, el sarampión, la hepatitis B, el rotavirus, el tétanos y otras.

Se da el caso paradógico de que, a pesar de que en amplias áreas geográficas la vacunación sistemática ha llevado a la virtual desaparición de este tipo de enfermedades, la disminución de su incidencia ha hecho que algunas personas hayan perdido la percepción positiva hacia la vacunación. Se olvidan así los extraordinarios beneficios que aportan y se exageran los daños (a veces reales y muchas veces supuestos) ‘debido’ a las vacunas.

Los organismos internacionales y nacionales que regulan la autorización y el empleo de fármacos son, con respecto a otros fármacos, especialmente exigentes con las vacunas, con su eficacia y, más aun, con su seguridad. Las razones son obvias: muchas vacunas son de empleo universal, se emplean fundamentalmente en niños y en personas sanas. Las actuales vacunas están más purificadas que las de hace unas pocas décadas, lo que ha permitido que, en realidad, se haya reducido la cantidad de antígenos que se administran.

Ni las administraciones sanitarias ni la población podría aceptar molestias o reacciones secundarías que no fueran de mínimo grado.

Fuente: Fórum Salud Clínico Barcelona